
Con la llegada de las olas de calor en muchas regiones de México y América Latina, dormir con el ventilador encendido durante toda la noche se ha convertido en una práctica común para lograr conciliar el sueño y combatir el sofocante calor. Sin embargo, aunque pueda parecer una solución inofensiva, expertos en salud advierten que esta práctica puede tener consecuencias negativas para el organismo, especialmente en personas con condiciones respiratorias, musculares o alergias.
¿Por qué es tan común dormir con el ventilador encendido?
El ventilador ofrece una solución económica y de bajo consumo energético frente a los aires acondicionados. Proporciona una sensación de frescura al mover el aire caliente acumulado en la habitación, reduciendo la incomodidad térmica. Además, muchas personas afirman que el sonido blanco constante que genera les ayuda a dormir mejor.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 45.8% de los hogares mexicanos utiliza ventiladores como método principal para refrescar sus viviendas. En zonas con temperaturas nocturnas elevadas, mantener el ventilador encendido durante toda la noche parece la única opción viable para descansar.
Riesgos potenciales para la salud
Aunque los ventiladores ayudan a combatir el calor, su uso prolongado durante la noche puede representar varios riesgos para la salud. A continuación, se detallan algunos de los más relevantes:
1. Irritación de vías respiratorias
El ventilador puede dispersar partículas de polvo, ácaros, polen y otras impurezas presentes en el ambiente, especialmente si no se ha limpiado con regularidad. Esta circulación constante de alérgenos puede agravar síntomas en personas con asma, rinitis alérgica o sinusitis.
“Dormir con un flujo de aire directo puede provocar sequedad en las vías respiratorias, congestión nasal y estornudos al despertar”, señala la doctora Laura Méndez, neumóloga del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
2. Sequedad en piel y mucosas
El movimiento constante de aire puede evaporar la humedad natural de la piel y las mucosas, provocando resequedad en labios, garganta, ojos y fosas nasales. Esto es especialmente notorio en personas que duermen con la boca abierta o que ya padecen de piel seca.
Un estudio de la National Sleep Foundation indica que ambientes con flujo de aire continuo durante horas pueden bajar la humedad relativa del entorno, lo que contribuye a la deshidratación superficial de la piel.
3. Dolores musculares y contracturas
La exposición prolongada a corrientes de aire frío o templado durante la noche puede causar rigidez muscular, especialmente en cuello, espalda y hombros. Dormir con el ventilador apuntando directamente al cuerpo puede provocar espasmos musculares o agravar cuadros de dolor cervical.
“Los músculos se tensan como reacción al enfriamiento localizado, y en la mañana puede sentirse una especie de ‘torzón’ o entumecimiento”, explica el fisioterapeuta Jorge Ramos del Hospital Ángeles.
4. Impacto en personas con alergias y asma
Aquellos con condiciones respiratorias crónicas deben ser particularmente cuidadosos. Los ventiladores movilizan partículas suspendidas en el ambiente que pueden desencadenar ataques de asma o crisis alérgicas nocturnas.
Para reducir este riesgo, los especialistas recomiendan realizar una limpieza profunda y frecuente del aparato, así como aspirar o sacudir el polvo del entorno donde se encuentra el ventilador.
5. Posibles trastornos del sueño
Aunque algunas personas encuentran reconfortante el ruido del ventilador, para otras puede convertirse en un estímulo que interfiere con el sueño profundo. Además, cambios súbitos de temperatura corporal durante la noche (enfriamiento excesivo) pueden alterar el ciclo natural del sueño.
¿Qué precauciones se pueden tomar?
Dormir con el ventilador encendido no tiene por qué eliminarse del todo, pero sí es recomendable seguir ciertos consejos para evitar efectos negativos:
- Evitar que el aire apunte directamente al rostro o cuerpo.
- Usar temporizadores o apagado automático para limitar el tiempo de uso.
- Mantener el ventilador limpio y libre de polvo.
- Ventilar el cuarto durante el día para reducir carga de alérgenos.
- Hidratar la piel antes de dormir y mantener un vaso con agua cerca de la cama.
Para quienes presentan alergias o enfermedades respiratorias, se recomienda considerar opciones como humidificadores o sistemas de enfriamiento más avanzados que controlen mejor la calidad del aire.
¿Es mejor el ventilador o el aire acondicionado?
Ambos tienen ventajas y desventajas. El aire acondicionado permite un control más preciso de la temperatura, pero también puede resecar el ambiente y representa un mayor consumo energético. El ventilador es más económico, pero requiere atención para evitar los efectos antes descritos.
La elección dependerá de factores como el clima, el estado de salud del usuario, la ventilación del hogar y el acceso a otros dispositivos.
Conclusión
El ventilador puede ser un gran aliado contra el calor, pero debe usarse con precaución. Lo ideal es entender cómo reacciona el cuerpo de cada persona ante su uso nocturno. Escuchar al cuerpo, hidratarse correctamente, cuidar la limpieza del dispositivo y limitar su tiempo de uso son prácticas que pueden ayudar a disfrutar de noches más frescas sin comprometer la salud.
Fuentes consultadas:
- Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER)
- National Sleep Foundation – “How Fans Affect Your Sleep”, 2021
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Encuesta Nacional de Vivienda 2022
- Hospital Ángeles, entrevista con el fisioterapeuta Jorge Ramos
- Clínica Mayo – Biblioteca de Salud Respiratoria
- Organización Mundial de la Salud (OMS) – Guías de calidad del aire interior, 2021
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Dormir con el ventilador encendido: comodidad nocturna que podría afectar tu salud
Con la llegada de las olas de calor en muchas regiones de México y América Latina, dormir con